2011/11/27

Los desvaríos de la Inseguridad


Seguí caminando, seguí cantando
seguí saludando a todo aquel que yo veía
Al llegar a la esquina me encontré
Con un móvil de la policía
Los miré y los saludé a los dos
Me miraron como a un gato que pasa caminando
Por la cucha de un bulldog 
Resistencia Suburbana

La problemática de la seguridad ciudadana, sin dudas es uno de los temas más sentidos en la esfera pública, dimensionado a sus extremos por los medios, y también por estadísticas falaces, pero si se pensara que el problema no existe y se lo minimizara, se estaría equivocando el diagnóstico y esto a su vez privaría el desarrollo de políticas al respecto que profundicen deudas democráticas en la sociedad argentina.

Cada vez que el tema es abordado, lo primero que se hace evidente es la existencia de mitos, que desvían el eje, para que desde el sentido común se propongan soluciones mágicas y por lo tanto inadecuadas, que lo único que hacen, es que el problema sólo pueda caminar por un callejón sin salida.

Las fuerzas de seguridad, la policía, son el resultado de una necesidad surgida con el nacimiento de las ciudades modernas, a saber controlar el orden público de la polis, para la buena convivencia entre ciudadanos, respetando el derecho de todos. El problema principal es cuando una fuerza armada, más que para hacer efectivo lo anterior, se escinde de la sociedad, se autonomiza y se rige por pautas solamente corporativas, al margen de las decisiones políticas y del interés común. Nuestra historia demuestra que dicha escisión, no fue siempre así, sino más bien que esto es algo mucho más cercano a los últimos tiempos.

En un país donde la tasa delictiva hasta hace algunas décadas, era de las más bajas del planeta, las fuerzas de seguridad fueron entrenadas principalmente en tareas contrainsurgentes, en la represión de la movilización popular y en la desarticulación de organizaciones políticas, y donde contaban para ello con toda la logística que podía ofrecer el aparato estatal.

Construir la seguridad ciudadana implica por un lado diferenciar el accionar policial en cuanto a la represión del delito, teniendo en cuenta que no hay criminalidad sin organización; y deslindar a la fuerza pública de la represión a la protesta social, en su sentido más conocido. Cuando uno ve imágenes de la Bonaerense actuando el 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón, nadie puede dudar de su efectividad, que contrasta notablemente con lo que se puede ver en el video donde un oficial de policía es asesinado por alguien que le roba el arma a otro camarada, en una trifulca donde cuatro agentes no pueden contrarrestar el hecho, como sucedió hace unos días en la ciudad de La Plata. Uno de los mitos es que la policía está atada de manos por los Derechos Humanos, y lo más grave es que no pocos integrantes de la fuerza sean los que enuncien esto, casi como esperando que alguna vez se acabe este gobierno “montonero”.

La seguridad ciudadana hoy necesariamente necesita de ese complemento que es la participación ciudadana, y esto se debe lograr con un entrenamiento policial que sea efectivo en la lucha contra el crimen organizado, principalmente en la prevención y desarticulación de las redes delictivas, y respetando el derecho democrático, como saber que para apremios ilegales no hay lugar.

2011/11/26

Cerrando filas con Cristina en territorio bonaerense


A pesar de lo agobiante del día, el complejo deportivo de la UOCRA de Esteban Echeverría, ayer dejó ver una afluencia masiva de militantes kirchneristas de diferentes puntos de la provincia de Buenos Aires, para acompañar la convocatoria del vicegobernador electo Gabriel Mariotto, con la idea de debatir una agenda de trabajo y de propuestas en relación a la gestión que se iniciará el próximo 10 de diciembre.

Si bien el acto podría ser interpretado como el desembarco de la Rosada en territorio bonaerense, para marcarle la cancha al gobernador Daniel Scioli, la tarea principal fue la de elaborar en comisiones ordenadas por ejes temáticos, una batería de propuestas para poder ser implementadas, en la gestión que se iniciará en pocos días, apuntalando al gobierno provincial, y apoyándolo para que el proyecto de la presidenta se encarne mucho más en este territorio.

A la nutrida concurrencia principalmente juvenil, y también de viejos militantes, todos cobijados en coloridas banderas, es de destacar la presencia clave de funcionarios nacionales, como Aníbal Fernández, Alberto Sileoni, Juan Manuel Abal Medina, entre otros; de emblemas de lucha como Hebe de Bonafini; pero también la presencia de compañeros de países hermanos como lo fue la de Lucía Topolansky, quien trajera un saludo de su esposo el presidente uruguayo Pepe Mujica, del chileno Marco Enríquez- Ominami; y del titular del Partido Liberal Radical Auténtico de Paraguay, Blas Llano.

Mariotto señaló en su discurso que siempre están los que piden cargos o ministerios, pero de lo que se trata principalmente es de elaborar propuestas con todos los ingredientes que le suma la participación popular, para luego si poder convertirse en políticas de estado, resaltando a tal efecto que cuando se planteó la necesidad de una nueva ley de medios audiovisuales, no alcanzaba con ser planteada por un número reducido de personas, sino que era necesario extender el debate, como se lo hizo con infinidad de medios alternativos y comunitarios, y movimientos sociales.

El proceso de repolitización de la sociedad argentina que se ha iniciado desde hace unos años, sin dudas es muy diferente a la apatía que genera la política, cuando esta es solamente llevada a cabo por grupos reducidos, y de los cuales la ciudadanía tiene todo el derecho a desconfiar. El clima que reinaba ayer en el predio del sindicato de los albañiles, era de fiesta, de mística y de compañerismo, cosa que uno quisiera que esté presente a lo largo y ancho del país, y mucho más en los círculos estrechos donde se despliega la militancia cotidiana, porque es la manera de seguir motivando a que muchos más se sumen a esta tarea de transformación iniciada en el año 2003.

2011/11/24

Dilemas sobre la participación de los trabajadores en las ganancias


Cuando en septiembre del año pasado, se presentara el proyecto del Doctor Héctor Recalde, para la aplicación del Artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que permitiría implementar entre otras cosas la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, el que escribe consideró a la iniciativa como una muy buena propuesta, no solamente por el punto antedicho, sino porque el artículo además plantea cuestiones muy importantes para el movimiento obrero como lo son el control de la producción y colaboración en la dirección de la empresa, las buenas condiciones de trabajo, además de la organización sindical libre y democrática reconocida por la simple inscripción en un registro especial.

El artículo a su vez si se lo ve, plantea cuestiones referidas a la protección estatal, que muchas de ellas vienen siendo política prioritaria del Ministerio de Trabajo desde el año 2003, como lo es por ejemplo la garantía de concertar convenios colectivos, derecho de huelga, conciliación y arbitraje.

Tras el discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el martes en el acto de cierre de la Conferencia Anual de la UIA, ayer casi todos los medios hicieron de las palabras de ella, casi una afirmación como que le dijo NO al proyecto de coparticipar ganancias, enrostrándoselo en primer lugar al líder cegetista Hugo Moyano. Pero si se escucha o se lee de manera apresurada el discurso de la primer mandataria, tal vez se pueda incurrir en el error que subrayan dichos medios, pero si le damos una vuelta de tuerca a sus enunciados, podríamos observar que lo que está cuestionando es principalmente tanto el método como los canales de implementación del mismo.

“Si la economía pudiera regirse por leyes sancionadas por el Parlamento, no tendríamos necesidad de tener una UIA ni una CGT” señaló Cristina para luego agregar que “la economía realmente se rige por otras leyes, pero fundamentalmente el modelo, este modelo, se ha regido por algo que ha sido muy virtuoso, que ha sido el acuerdo entre los trabajadores y los empresarios en convenciones colectivas que implican no solamente cuestiones salariales sino también condiciones laborales, que también tienen un fuerte impacto económico, porque algunos miden solamente salarios, pero determinadas condiciones laborales también implican un determinado costo al sector empresario que debe ser merituado en el marco de lo que es la administración de una empresa

Hace tiempo que uno no lee, ni tampoco escucha, pareciera haber pasado de moda, decir que entre las luchas sindical y política existe una diferencia, que en algún momento podría sintetizarse, a saber, cuando el reclamo sindical da un salto a la acción política, cuando intenta inscribirse en la esfera institucional, para convertirse en algo que concierne a todos. Si uno se detiene en el discurso de la presidenta se podría deducir que de esa diferencia se trata, y de que actitud debe tomar una gestión que no se plantea ni como representación de los trabajadores ni tampoco de los empresarios, sino como un punto de equilibrio, y a la vez escindido de diferentes intereses corporativos, que por serlos, no debieran dejar de lado sus iniciativas gremiales, pero precisando mejor quien es el interlocutor de ello.

Cristina en el discurso felicitó a los empresarios y trabajadores que ya están repartiendo ganancias “Yo sinceramente creo que aquellos empresarios, de hecho ya hay empresas que lo están haciendo, que han acordado con sus trabajadores distribuir las utilidades, me parece muy bien, estoy muy de acuerdo porque creo que los trabajadores que participan en las utilidades defienden más a la empresa, se ponen la camiseta, creo que es muy bueno, pero eso es una cosa que tienen que decidir entre los empresarios y los trabajadores, no la puede imponer el Estado por la fuerza a través del Parlamento, imposible hacerlo en otro ámbito que no sea el Parlamento por otra parte dejando entrever que esto no puede ser el resultado de un DNU.

El Artículo 14 Bis data del año 1957 y no es más que un fragmento residual de la Constitución peronista del ´49, que planteaba muchas cosas más, a pesar de lo progresivo de lo del ´57, y habría que precisar que era el resultado de luchas obreras dadas por décadas, contra los patrones. Cristina lo expresó concretamente, aseverando que entre trabajadores y empresarios deben dirimir sus pujas en el territorio correspondiente, además de que hoy el Estado garantiza que ello sea posible. Si se desplaza el eje del reclamo sin dudas se entra en una cierta politización donde el reclamo pasa a ser a una instancia diferente de la cual debiera ser. Tal vez habría que aplicar también el 14 bis en asuntos como el de la libertad sindical, para que los trabajadores tengan nuevas herramientas organizacionales que no solamente se preocupen de los salarios de una fracción de la clase trabajadora, sino para pelear por una equiparación del conjunto, y ser capaces de dar respuesta a las diferentes reivindicaciones de toda la clase obrera, para que ella pueda pivotear el crecimiento económico integral y armónico de un país que intenta con fuerza emerger del atraso y la dependencia.



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“Lealtad a la Argentina y a los intereses de todos los argentinos”

Nuevos desafíos para el sindicalismo

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2011/11/21

España, cuanto peor, “peor”


Un viejo lema izquierdista decía que “cuanto peor mejor”, es decir que cuanto peores condiciones de vida para las mayorías populares, las posibilidades para el cambio social se tornan óptimas. La historia fue demostrando la falacia de este razonamiento, y si lo aplicamos a los resultados electorales que se dieron ayer en España, esto se confirma aún más, con el contundente triunfo de la derecha.

España es uno de los centros neurálgicos de la crisis de la eurozona, que entró en recesión a partir de 2008, y donde aumentó considerablemente el desempleo, que hoy llega a los cinco millones de parados, con un fuerte impacto sobre su sistema financiero al borde del abismo. En la península fue creciendo un descontento popular que se expresó hace seis meses con el movimiento de los indignados 15M, que producían enormes movilizaciones a las Puertas del Sol en Madrid, y que podía ser interpretado como un ascenso que vaticinaba una situación política diferente, pero que en verdad no fue así. Si bien este movimiento se convierte en un borde de cuestionamiento concreto a las políticas de ajuste, en relación al acto eleccionario de ayer decreció significativamente, no pudiendo imponer el abstencionismo.

Un detalle no menor a tener en cuenta, con el aplastante triunfo de la derecha expresada en el Partido Popular, es la crisis de la socialdemocracia para dar cuenta de las nuevas crisis que viene soportando el capitalismo occidental, y que a su vez muestran su decadencia misma como perfil ideológico político para los años que vienen.

Desde 1977 cuando en la península retornó la democracia tras la larga noche falangista, nunca la derecha había logrado un resultado tan imponente como el de ayer, y vale resaltar que el Partido Popular en sus orígenes estaba formado por núcleos provenientes del franquismo.

Pero a pesar de todo, hay un dato a resaltar que es que tanto en Catalunya como en el País Vasco, triunfaron sendas fuerzas nacionalistas, la CiU (Convergència i Unío) y el PNV (Partido Nacionalista Vasco) respectivamente, ofreciendo un color específico en el mapa para responder a la crisis económica con dinámicas políticas específicas, diferenciadas de la del electo presidente Mariano Rajoy.

2011/11/18

Inseguridad, amarillismo panfletario y operaciones de prensa


La problemática de la “seguridad”, es uno de los temas que mayor trascendencia tiene en los medios, y por lo tanto forman a partir de su reproducción al infinito, un sentido común espontáneo, que no repara en las profundas causas en las que se sostiene el flagelo, e incluso propone soluciones mágicas, la mayoría de las veces inadecuadas, desviando la posibilidad de realizar un diagnóstico certero que permita llevar adelante un proyecto para encontrar soluciones fehacientes y comprobables.

El nombre “seguridad” hoy engloba diferentes elementos que muchas veces no tienen conexión entre sí, más allá de ser parte de una matriz social y cultural común, y que sin dudas debieran ser demarcados para poder abordarlos correctamente.

Hoy conmociona y sensibiliza la noticia del crimen de un niño de nueve años en Lincoln, mientras durante la semana circuló el video de la escena donde fuera asesinado un oficial de policía en La Plata, la madrugada del pasado domingo. En un acto de amarillismo panfletario el matutino platense El Día hoy hace tapa exclamando “Basta con los chicos”, en clara asociación de hechos donde si bien las víctimas fueron niños, el caso de Tomás Dameno Santillán dista de ser asociable al caso de Candela Sol Rodríguez. Al menos los móviles detrás de los que está la Justicia en ambos casos son muy diferentes, y no responden a la lógica de lo que comúnmente se denomina inseguridad: salideras bancarias, robo de automotores o de comercios, para dar unos pocos ejemplos significativos.

La prensa amarilla alimenta el morbo, ese que sin dudas existe en una porción considerable de la población, de la misma forma que cierta pornografía muchas veces extremadamente perversa también es consumida a condición de no incurrir en la pedofilia. Pero el pasaje de la morbosidad al panfleto encierra una trampa casi imperceptible, que es la fascinación por el horror, cosa que evidentemente nubla la racionalidad para proclamar luego consignas que pueden ser digeridas sin pasar por el gusto.

A diferencia de los medios gráficos, el formato digital permite el comentario inmediato, y la seguidilla de ellos también son parte de la formación de opinión. Es interesante leer las diferentes opiniones escritas en Internet, y a partir de ahí sospechar que muchos de los comentaristas son parte del mismo medio, intentando con mayor liviandad y con lenguaje menos desprejuiciado llevar adelante toda una operación. El año pasado salió a la luz, divulgado primeramente por Miradas al Sur, y luego por Tiempo Argentino que existía una agencia llamada La Ese, liderada por el publicista Carlos Souto que hacía el trabajo sucio para Clarín. Ellos eran los que creaban términos como Kretina, KK, Diktadura, etc, etc.

Con todo esto la intención no es afirmar que no existen hechos delictivos, ni violencia, sino problematizar el fenómeno llamado “inseguridad” para que la sociedad pueda tener un diagnóstico certero y pueda proponer soluciones, que no sean las que esbozan los empleados de agencias como La Ese, afirmando que el problema son los Derechos Humanos, o la imposibilidad de utilizar pistolas Taser, o los bajos salarios de los policías, o que hace falta “mano dura”, pena de muerte, y “prender fuego a las villas”.

2011/11/15

Tener buenas ideas no alcanza…


Vivir en sociedad, conlleva siempre la inercia, la necesaria para la reproducción de las condiciones establecidas. Si alguien no intenta ir más allá de eso, porque con lo logrado siente cierta satisfacción, con la deriva inercial alcanza, y hasta por ahí sobra. En el sentido común no hay nada que se oponga a dicha lógica, y es tal vez por esto que la pequeña llama del piloto automático, nunca se quiera poner en juego, a riesgo de perderla como único sostén de una vida ya predeterminada y rutinaria.
En tiempos de pocos cambios o de conservadurismo, el método descrito, es el pilar donde se apoya la vida cotidiana. Muy diferentes son los períodos donde las transformaciones, nos sorprenden día a día, y es ahí donde el conformismo hace crisis, es decir donde emerge el deseo como variable que ya no puede vivir tan cómodamente con lo existente. Son los tiempos de las buenas ideas, de las mejores intenciones, de una renovada voluntad, pero también de los frenos que impone la inercia aún no derrotada.
En todo tiempo existen dos movimientos entre sí contradictorios pero a la vez simultáneos, uno que apuesta a los cambios, y otro que retrotrae a la inercia. Sin una visión clara acerca de dónde dirigir el rumbo, la segunda opción es la que prima.
Tener buenas ideas, sin dudas no alcanza, como tampoco la existencia de condiciones favorables. Ambas son el resultado casi espontáneo de un tiempo diferente y a la vez propicio, y que a su vez exigen que sean reconocidas no como el fruto de mi gran imaginación o sagacidad, sino como parte de un sentido colectivo que me atraviesa.
Tener buenas ideas, sin dudas no alcanza, hay que ponerlas en práctica, ya que ésa es la única manera de romper la inercia, y esto supone indefectiblemente tiempos concretos y tangibles, para que las ideas se concreticen, produzcan ciertas rupturas, para luego retroalimentarse y reproducirse.
Saber qué hay que hacer para que una idea, sea llevada a la práctica, tampoco alcanza. Es necesario saber que hay tiempos, que hay instantes precisos para dar el golpe, y que si estos no se dan dentro de dichos parámetros, la oportunidad se pierde.
No hay condición favorable que se sostenga en el tiempo si no se producen determinados actos, que reviertan la inercia. Incidir en la realidad es incidir en el tiempo del Otro, pero hay que estar preparado para hacerlo, ya que si no ni siquiera hay que atreverse a iniciar un movimiento, porque una vez iniciado, ya no debiera detenerse, parafraseando a Danton implica “Audacia, audacia, audacia…” sino la derrota misma.
Sarmiento decía que las ideas no se matan, pero a la práctica de las ideas, la vence el tiempo.

2011/11/10

La metonimia de la economía


Si en la mayéutica freudiana, es posible tomar un pequeño fragmento para desde ahí asociar libremente en esa totalidad inconsistente que el padre del psicoanálisis llamó inconsciente, esta parte por el todo, no es un mecanismo válido para ser extrapolado como modelo a una disciplina como lo es la economía, a menos que esta sea solamente anárquica y especulativa.
Casi en su totalidad los escribas del matutino La Nación vienen desarrollando “la vela en el horizonte” sin tener en cuenta la estructura de la embarcación. La caída de los subsidios, la presión sobre el precio del dólar, la inflación, la no posibilidad de créditos si no se resuelve la deuda con el Club de Paris, la imposibilidad de atraer inversiones, la falta de blindaje ante la crisis financiera, y tantos otros ítems, les hacen decir que estamos ante una burbuja que en cualquier momento va a estallar, que ya vendrán los ajustes, recordando de alguna forma las profecías catastróficas del ex mandatario interino Eduardo Duhalde, pero al revés: “Estamos bien, pero vamos mal”.
Si la Argentina de hoy dependiera solamente de esas variables, no estaríamos diciendo más que lo que denominamos “modelo” es solamente una careta que se va desgastando, y que el rostro que está por detrás de ella no es muy diferente al que conocimos en los noventa, o el que hoy se muestra crudamente en la crisis europea, claro lo que nos salva es el famoso “viento de cola” y el aspecto mágico de los commodities.
La metonimia aquí es parte de un resabio del pasado, ese que dichos escribas añoran, y que no son capaces de reconocer que el “todo” es una economía emergente que se va integrando continentalmente, y en el denominado eje sur-sur. En el recorte no se hace presente, que la única salida que tiene el país, es agregar valor en las cadenas productivas, industrializando la ruralidad, incorporando tecnología, sustituyendo importaciones para estar parados en pocos años como uno de los principales proveedores mundiales de productos alimenticios, que es justamente uno de los mercados de mayor relevancia con vistas al futuro.

2011/11/09

Cristina y el multiculturalismo


En el artículo anterior abordábamos en líneas generales, la posición hegemónica del neoliberalismo en lo relativo al expansionismo cultural e ideológico de la primer potencia occidental hacia todos los rincones del planeta. El supuesto es que lo que en los EEUU es considerado como válido y universal, debiera también serlo en cualquier otro lado más allá de que éstos son parte de universos culturales completamente diferentes.

De tal forma la Libertad, la Democracia, los Derechos Humanos, en resumidas cuentas el Bien Común y por ende el enemigo común, deben ser aceptados por todos como bienes universales y fuera de discusión.

Desde este punto de vista sumamente restringido, se podría ver en expresiones muy disímiles del accionar de los pueblos del mundo, la aspiración a llegar a un mismo punto, que desde aquel trono semántico sería visto como óptimo y deseable. Es así que pueblos muy alejados culturalmente de las pautas occidentales quisieran tener regimenes políticos o formas públicas similares a las que propone Occidente. Si bien todas las religiones tienen algún Dios, todas ellas tienen uno diferente, y no homologable entre sí, y lo deseable no sería lo monótono y uniforme, sino el respeto por la diversidad.

En el discurso ante el B-20 la semana pasada la presidenta Cristina Fernández de Kirchner entre muchas cosas de las que dijo también hizo referencia a esta problemática, y vale la pena recordar sus dichos:

“No estoy anunciando el fin de ningún sistema por favor. Simplemente estoy viendo mirar con perspectiva histórica y mirarlo con perspectiva de liderazgo histórico y ver que es necesario hacer un cambio en serio, porque también lo que algunos creen que está sucediendo en otros países, alguien habló recién de lo que pasa en África cuando la gente no puede comer o en Magreb cuando pasó lo que pasó, pero tampoco nos creamos el tema de la famosa revolución árabe que solamente tiene que ver con la comida. Tiene que ver también con gentes que tiene sistemas políticos diferentes a los nuestros y que no quiere vivir con las formas democráticas occidentales. No lo veamos solamente con un problema económico. El que crea que la primavera árabe es una cuestión de que quieren vivir como nosotros los occidentales, con división de poderes y demás, no me parece que se está leyendo correctamente. Y si no miren las fotos de la gente que festeja la caída de los gobiernos y vamos a ver gente vestida como musulmanes, islamistas absolutos y además, en la primera elección que se hizo en Túnez, la ha compartido islamista moderado pero islamista -y no tengo nada contra el Islam, en absoluto- simplemente les digo: tengamos una real comprensión del mundo en el que estamos. No nos equivoquemos y sepan que si esto se profundiza, van a empezar a cuestionarse las democracias y las formas políticas actuales”

2011/11/08

Etnocentrismo hegemónico y resistencia cultural


La crisis del capitalismo occidental, que se expresa no solamente en su faceta económica, sino también social y cultural, viene acompañada por la irrupción en el tablero geoestratégico, de nuevas potencias emergentes, que van produciendo un nuevo mapa multipolar, en reemplazo de la unipolaridad surgida hace poco más de dos décadas, tras el colapso de la URSS y toda la orbe del socialismo real, habiendo quedado reducida así, la llamada bipolaridad.

La actual crisis permite releer con fines prácticos, ciertas concepciones de otros tiempos que habían sido desterradas por el pensamiento único neoliberal, como lo es por ejemplo el relativismo cultural y la crítica del etnocentrismo.

En los tiempos álgidos de la bipolaridad, es decir de la guerra fría, no cabían proyectos de relativismo cultural ni de concepciones moleculares, y si se plantaban alternativas al respecto, también eran molares como “la teoría de los tres mundos” esbozada por Mao Tse Tung, y que no precisamente era coincidente con la existencia de muchos “mundos”.

Si bien ya en la década del ´50, el célebre etnólogo belga Claude Lévi- Strauss, en su Antropología Estructural, desde un naciente estructuralismo, cuestionaba al etnocentrismo y reivindicando a las diferentes culturas “llamadas primitivas” proponía un método de estudio, donde se hacía prevalente el relativismo cultural. Lévi- Strauss expresaba casi provocativamente, que entre civilizaciones “No hay progreso”, sino solamente diferencias.

El relativismo cultural sostiene que todas las culturas son equivalentes en su valor y no mensurables entre sí. Sólo podemos juzgar una cultura desde sus propios parámetros, y de ahí se desprende que todas las culturas son merecedoras de igual respeto, ya que cualquier valoración que se haga de una cultura "desde afuera" cae en los prejuicios del etnocentrismo. Lévi- Strauss sostenía que por definición todo universo cultural, es decir simbólico, por definición es completo, no le falta nada.

Si bien como señalábamos más arriba esta concepción relativista venía desde varias décadas atrás, fue en los ochenta cuando se hizo bastante popular, y tal vez porque la guerra fría había entrado en distensión, con la llegada de la Perestoika a Moscú, pero la moda duró poco, solamente hasta finales de la misma década cuando cayó la Unión Soviética y la bipolaridad quedó reducida a la unipolaridad, es decir a la hegemonía plena del mundo occidental encabezado por los EEUU, y donde todo el planeta debía aceptar la supremacía del Mundo Uno, bajo ese nuevo paradigma que irrumpía con toda fuerza: el neoliberalismo. La globalización de entonces no fue que ignorara la diversidad cultural, sino que su objetivo fue arrasarla para imponer lo que se llamó “discurso único”, y subsumir culturalmente a las mayorías de la aldea global.

La ofensiva en la economía de los nuevos emergentes, y política en los foros internacionales, y en los procesos de integración, hoy debiera ir acompañada no precisamente de una ofensiva, sino de una resistencia cultural a los viejos paradigmas por parte de los pueblos de las naciones ascendentes. El supuesto que opera en lo dicho anteriormente, es que economía y cultura si bien se desarrollan en una misma totalidad, lo hacen en temporalidades disímiles.

En el sentido expuesto un cierto y también “relativo” relativismo cultural forma parte de una reivindicación de las mayorías nacionales contra la imposición de verdades que se intentaron pasar como universales, y que en verdad se encontraban muy lejos de serlo, mucho más cuando el poder que sostenía a esa verdad comenzó a entrar en crisis de hegemonía.

2011/11/06

Cristina y el realismo político en el Foro B-20


Si se pretendieran extraer conclusiones acerca del discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ante el Foro Business- 20 (B-20) desde cualquier tipo de ortodoxia, tanto de izquierda como de derecha, el resultado que se podría lograr sería sin dudas del orden de la desazón. Esto a su vez lo que muestra es el quiebre de los más grandes paradigmas teóricos, que deberían ser reinventados o revisados para poder entender la realidad mundial actual y poder avizorar escenarios posibles, desde un punto de vista que no excluya la previsión estratégica. En otras palabras, el problema es cómo plantear la forma discursiva de cómo poder decir hoy el análisis concreto de la realidad concreta, con un sentido de proyección en el tiempo. En 2009 el cientista social Immanuel Wallerstein refiriéndose a la crisis del capitalismo occidental, expresaba que “el nuevo sistema social que salga de esta crisis será sustancialmente diferente. Si evolucionará en un sentido democrático e igualitario o reaccionario y violento es una cuestión política y por tanto abierta”. No es por lo tanto, que las crisis sistémicas hayan dejado de existir, como proponía el fin de la historia enunciado por Fukuyama a principio de los noventa, sino que la resolución de ellas no necesariamente lleva implícita una salida teleologicamente determinada, sino más bien un sentido contingente, que en primer lugar depende de la acción concreta de sujetos organizados con poder de orientar el rumbo histórico hacia determinados escenarios, a sabiendas de que las mayorías están dispuestas a acompañar.

Volviendo al discurso de Cristina en Cannes, vale subrayar la ausencia de dogmatismos para plantear temas álgidos en un sitio al que Joaquín Morales Solá hoy denomina la organización internacional más influyente en los tiempos que corren. Ese club, impregnado por el perfume del poder mundial Claro, Cristina esto no lo dijo en un plenario de militantes, pero vale subrayar que lo que ella puede enunciar en un acto político, y lo que manifestó ante el B-20 en ningún momento puede levantar sospechas de doble discurso, sino más bien de afianzamiento de ideas, que son válidas pronunciar en cualquier ámbito donde esté la oportunidad de hacerlo.

“Yo soy fanática de la Realpolitik y sé dónde se deciden las cosas y dónde se adoptan las decisiones” afirmó en un momento de su discurso, para casi al final completar “es cierto que muchas veces para solucionar determinados problemas, hay que afectar intereses e intereses que son muy poderosos. Pero yo me atrevo a decir que es mejor enfrentar esos intereses minoritarios pero poderosos, antes que más adelante enfrentar la furia de la sociedad”

La Realpolitik es un término alemán empleado por Otto Von Bismarck para encontrar un equilibrio de poderes que mantuviera la paz entre los imperios, y que en el escenario internacional creara al realismo político en respuesta al idealismo liberal, otorgándole un rol privilegiado al estado.

Cuando una totalidad social expresada en última instancia por un sistema económico determinado, entra en crisis, todas las contradicciones se hacen patentes, e incluso antagónicas, y esto puede conllevar la ruptura de un orden social constituido. Esta es la matriz empírica donde se asientan las principales teorías revolucionarias. “¡Quién me habría visto de mis épocas universitarias ahora!” expresó Cristina, para continuar diciendo “O sea lo que estoy proponiendo es volver al capitalismo en serio, porque esto que estamos viviendo, señores, no es capitalismo. Esto es un anarco-capitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie” En esta expresión también hay demasiado realismo, y no en sentido peyorativo, ya que la fuerza que podría tomar las riendas de la sociedad tras la caída del capitalismo, los trabajadores, hoy son una fuerza en recomposición y para la cual sin la intervención del estado, le sería muy difícil recomponerse. La presidenta se refirió al tema de esta forma “Me parece que entonces cuando hablemos de regulación para cuidar la vida, tenemos que hablar de todos los aspectos, pero fundamentalmente del empleo, de la posibilidad de un empleo digno que es necesario introducirlo también en esta cuestión. Nadie puede tener seguridad alimentaria, seguridad de vida si no cuenta con un trabajo que le proporcione los elementos, y por eso creo que el empleo va a ser un tema de este G20, que le proporcione las posibilidades; empleo que además, tiene que ver también con volver a un verdadero capitalismo”

Tal vez del infierno no se salga saltando al cielo, sino alcanzando la realidad del purgatorio, que por lo demás no tiene porque ser eterno, sino una secuencia más en un rumbo tal vez apaciguado pero no menos táctico, pero que siempre va apareado al precipicio, del cual algunos no nos quieren apartar.

“Yo creo que estamos a tiempo, no quiero ser dramática, ni tremendista, ni sembrar pánico porque no es mi misión como Presidenta de la República y tampoco porque lo creo. Creo que estamos en tiempo todavía y forma de poder establecer soluciones, pero soluciones que tengan que ver con la regulación de aquellos que han provocado el problema” dijo también Cristina ante el B- 20

2011/11/05

Carlos Pagni, y el subte de Troya para Macri


Cuando el gobierno nacional decidiera el traspaso de los servicios del subte a la jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el jefe de gobierno Mauricio Macri expresó satisfacción al respecto, y a través de su cuenta de twitter, manifestó el miércoles que "Consideramos muy positivo que nos hayan convocado para conversar sobre la transferencia del subte con recursos" y a su vez anticipó que estaría presente en la reunión de ayer viernes. "Ojalá que este sea el inicio de una etapa de diálogo y de mayor acercamiento en beneficio de los vecinos para que la Ciudad y la Nación comencemos a avanzar en una agenda de trabajo común respecto de las autonomías"

A pesar de esto, entre la reunión realizada ayer y la convocatoria a la misma, circularon informaciones como que si no había subsidio al subte, ante el traspaso este triplicaría el valor del pasaje. Macri por ejemplo dijo que el boleto podría incrementarse a $ 3,40, pero de todas formas esto se resolvería o comenzaría a resolverse en la reunión de ayer.

No existen datos certeros acerca de lo resuelto, y esto permite la especulación. Hoy Carlos Pagni en La Nación dice “Por lo que se sabe, le pasaría también una parte del subsidio, pero sólo por un año. No está claro si el monto incluirá, como hasta ahora, los aumentos salariales del sector”, mientras que el jefe de gobierno porteño tras la reunión expresó en su cuenta de twitter que Esta es la Argentina que se viene. Juntos, tirando para el mismo lado para que todos puedan tener más oportunidades”.

Posiblemente los términos económicos del traspaso del subte a la ciudad estén encaminados, y Pagni esto lo debe saber, a pesar de especular con que el subsidio sea tan sólo por un año, pero claro como eso sólo no le alcanza, arremete con otra visión acerca del asunto, y de alguna forma le endilga a Macri y a todo su equipo cierta inocencia, por no decir estupidez, y afirma que con el traspaso del subte, lo que se está transfiriendo es uno de los conflictos gremiales más difíciles de sostener. Macri, que ya sufre a los sindicatos de médicos y maestros, en adelante deberá lidiar con la izquierda del transporte. Es el gremialismo más intransigente del país, cuyos cabecillas suelen protestar tirándose a las vías. Basta una tarde sin subtes para enardecer a los porteños. El nuevo mandato aún no comenzó. Pero a la gestión de Macri ya ingresó el subterráneo de Troya”.

Con toda esta perorata Pagni quiere mostrar la supuesta perversidad de un gobierno que no da puntadas sin hilo, y la ingenuidad opositora que tiene que aceptarlo, sin siquiera haber advertido que en lugar del subte lo que le están traspasando es “el gremialismo más intransigente del país”.

2011/11/03

Los sesenta, el peronismo y los nuevos paradigmas.


Cuando durante los sesenta, y principalmente a finales de esa década se profundizarían las luchas sociales, los sectores peronistas comprometidos o enrolados en las filas de los trabajadores y el pueblo, tuvieron que recurrir a nuevos paradigmas y herramientas teóricas, a visiones más abarcativas que las que les ofrecía la doctrina justicialista clásica, y también porque lo nuevo que surgía en aquel entonces, estaba indisolublemente ligado a todo el torbellino de cambios que soplaba por el mundo de entonces. La revolución cubana, la impronta del Che, el movimiento hippie y el de los Panteras Negras en EEUU, la revolución cultural china y el ascenso revolucionario en Vietnam, el Mayo francés y el otoño caliente italiano, la primavera de Praga y toda la marea antisistema, hacían que surja un ideario juvenil que cuestionara a las estructuras, como nunca antes habían sido cuestionadas, y la Argentina de entonces ni fue ni podía ser una excepción.

En los sesenta con un movimiento proscripto y un líder en el exilio, el peronismo ensayaba diversas variantes de acción política, desde la resistencia obrera fabril y barrial, hasta la guerrilla rural. Desde la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, o los Uturuncos hasta la acción de las primeras Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) en Taco Ralo, todas ellas eran muestras de un camino que para finales de la década darían resultados más precisos, pero que a lo largo de ella, mostraría la existencia de cuadros políticos notables como John William Cooke, Gustavo Rearte o Envar “Cacho” El Kadri.

Con la álgida resistencia a la dictadura del General Onganía, iría a surgir un nuevo sindicalismo enfrentado al colaboracionista y participacionista, y que tendría en la CGT de los Argentinos a su máxima representación. Se venía incubando esa actitud combativa y clasista en los trabajadores, que se haría patente en aquellas grandes puebladas como fueron el Cordobazo, el Rosariazo, el Tucumanazo, y que abrirían una nueva etapa en la Argentina.

El Cordobazo de mayo del 69 sin dudas fue una marca que por aquel entonces hizo que nada fuera ya igual que antes, y que tanto en el peronismo como en la izquierda clásica de entonces, produjeron rupturas y surgimiento de nuevos agrupamientos políticos que se proclamaban por la lucha revolucionaria y el cambio social.

El balance crítico de todo aquel tiempo que culminaría con el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, y que implicaría la mayor derrota del campo popular argentino, es una deuda que aún tenemos, y que desde este medio nos comprometemos a desarrollar.