2015/07/30

El Tiempo Muerto

Hay cosas que suceden en la cotidianeidad, que se repiten en ella, pero que no es posible encontrarles un marco conceptual en dónde inscribirlas. Sin una observación crítica sería imposible percatarlas. No se trata de las (de) formaciones que Freud maravillosamente catalogara estructuralmente en la Psicopatología de la vida cotidiana. Se trata de verosímiles, no de actos fallidos. Algunas veces generan el deseo de saber, pero siendo abortado éste, por considerarse la causa de los interrogantes como un hecho común: esos verosímiles  se cierran en su propia existencia.

“Ya llega agosto. Un nuevo año pasó sin que nos demos cuenta” “Pensar que todavía estamos planeando las Fiestas de fin de año” Es un lugar más que común el de decir que el tiempo corre a mucho mayor velocidad. Generalmente la gente de mayor edad supone que esa velocidad tiene que ver con los años que se tienen, ya que hace varios años atrás no percibían lo mismo. Al volverse  viejo, el tiempo pasa más rápido. El problema se complica cuando gente joven expresa lo mismo. No que se le pasaron 20, 30 o 40 años de golpe porque aún ni siquiera llegan a esa edad, pero sí expresan que el año transcurrió a gran velocidad. La primera hipótesis que uno se plantearía es que no es que para los que tienen más edad el tiempo pasa ligero, sino que hace 20 o 30 años el tiempo mismo era más lento. Obviamente que el tiempo cronológico no puede ser ni más lento ni más rápido en sí mismo, las variaciones son producidas en la subjetividad. Podría decir “por” la subjetividad, pero considero más correcto decir “en” ella.

En la actualidad estamos asistiendo cada vez más a la brutal existencia del tiempo muerto. La espera inactiva, el “hacer tiempo”, la ansiedad; son elementos (no los únicos) que paradójicamente nada tienen que ver con esos momentos de placer que la mayoría pide que sean eternos. El tiempo pasa rápido no en el momento en el que se lo vive, va rápido cuando se hace el mínimo balance de lo acontecido. En la cotidianeidad el tiempo muerto es eterno. En el balance de lo sucedido, no cuenta. Ni siquiera es factible de servir para la memorización. Es un eclipse temporal. La repetición incesante del tiempo muerto genera otra realidad, complementaria en la subjetividad, de todo aquello que el sujeto social considera como importante. La detención en el semáforo, el embotellamiento del tránsito, la espera del transporte público, o el viaje en el mismo, son algunos de esos elementos que en la vida cotidiana se demultiplican. El que sube a un subte o un tren pude constatar inmediatamente largas filas de pasajeros metidos en la pequeña pantalla de su teléfono celular. Completamente ajenos al lugar en el que están.

2015/07/26

Apotegma trotskista

Apotegma trotskista


Los trabajadores son revolucionarios en sí mismo. Esto se debe al lugar que ocupan en la estructura económica. El problema es que siempre están siendo engañados por un genio maligno que les impide saber la verdad. Yo en tanto vanguardia proletaria soy quien puede percibir esa mentira, por eso debo denunciar permanentemente a esos dirigentes que embaucan a las masas. Si ellas se desembarazaran de esas conducciones producirían el acontecimiento revolucionario. Esos dirigentes no son más que impostores que deben ser desenmascarados. Mao, Fidel, Evo…

Pablo Sirven, Mirtha Legrand, el sentido común y la resistencia antidictatorial

Hoy en La Nación, el periodista Pablo Sirven hace una enconada defensa de los dichos de Mirtha Legrand contra el gobierno argentino. La señora de los almuerzos expresó "Yo creo que es una dictadura lo que estamos viviendo. Sacar jueces, poner jueces, porque se les viene encima la noche, eso es absolutamente anormal”. Más allá de la libertad que tiene para decir al aire estas opiniones personales,  ante un numeroso público televidente, Sirven considera que Legrand no está tan lejos de la verdad, y que el escrache de militantes oficialistas hacia ella representa “una de las manifestaciones preferidas de hostigamiento por parte de regímenes totalitarios”.

Quien escribe no intentará ninguna defensa del gobierno, ni de funcionarios aludidos en la nota, ni de la militancia que pudo haber escrachado a Legrand. Lo que enerva en la nota es el excesivo conservadurismo asentado en nuevos paradigmas ideológicos, que lejos de acercar al público a la posibilidad de un debate político serio, no hace más que refritar un sentido común que aleja a las mayorías del compromiso político y de la necesidad de formarse para comprender la historia y la cultura que en una secuencia conforma la coyuntura y la extiende.

Sirven no sólo se asienta en la supuesta crítica a un régimen totalitario, enarbola para ello todas las banderas del sentido común más retrógrado que aún vive en la sociedad argentina. No sólo se planta en la defensa política de Legrand, también la resalta como una pop star, que fue capaz a lo largo de décadas de haber creado su propia referencia social. “La estrella de los almuerzos ostenta un tipo de representación popular, difusa pero legítima, que deviene de su excepcional vigencia durante tantas décadas. Eso supone un aval sostenido por parte de una vasta porción del público que se siente interpretada por ella o la mira hasta para disentir” señala Sirven, agregando luego “Muchas veces, Mirtha Legrand, aun en sus opiniones más discutibles, ha actuado como un fino sismógrafo que expresa temores, reclamos o prejuicios, fundados o no, de distintos sectores de la sociedad”.  Los halagos estarán extendidos en la nota, ya que en esa aprobación Sirven apoyará los dichos de la señora. Legrand de esa forma se constituye en una especie de estereotipo o referencia de cómo debiera ser una mujer a lo largo de su vida. Eso ya implica una definición muy precisa del sujeto femenino de la ideología. La cita de los dichos de la hermana melliza de Mirtha Legrand en un libro que sobre ella escribiera el periodista Néstor Montenegro resulta paradigmática: "Chiquita es como un cisne que entra en un lago de petróleo, pulcra, blanca y majestuosa, lo cruza y la vemos salir por la otra orilla, tal como entró, inmaculada".

Podríamos extendernos demasiado en la creación y reproducción de los estereotipos sociales, los sujetos de la ideología, pero eso conllevaría mucho más texto del que se necesita para sólo presentar el problema. De acuerdo a Sirven eso que reina en el sentido común es válido y proclive de resaltar, resulta aleccionador. Tinelli también puede opinar lo que quiera aunque viva y gane mucho dinero en un país bajo un régimen totalitario y dictatorial. Sirven se ataja al principio “Que Mirtha Legrand crea que está viviendo en una dictadura, y lo diga abiertamente al aire en un canal de televisión mientras cientos de miles de personas la sintonizan libremente, puede resultar un tremendo contrasentido”. En la nota Sirven también lo dice, pero apela a la relatividad de la semántica para que la palabra “dictadura” quede enmarcada. Lo que dice el Diccionario de la Real Academia del término es probable que Legrand nunca lo haya leído, y lo que quiso decir también es diferente. Dictadura en la boca de la señora es lo que la mayoría piensa del significado de la palabra.

Si hay un argumento que los medios hegemónicos no dejan de repetir para atacar al gobierno, es el del supuesto relato, colocándose ellos mismos como el adversario preciso, el enunciador del contrarelato. La Argentina es Cuba, ellos son los gusanos de Miami; la Argentina es comunista, ellos son los defensores del capitalismo democrático y la libertad individual. El supuesto podría decirse así: “En la Argentina se está viviendo una Dictadura, un feroz autoritarismo que genera una grieta entre los que defienden el régimen, y la resistencia republicana y democrática, que no soporta el avasallamiento de los otros dos poderes, principalmente el Judicial, ni tampoco la avanzada contra los medios libres”. Habría que andar un poquito nomás por las calles de los principales conglomerados urbanos del país, para ver que aquello no es más que una fantasía microclimática, y que los problemas que tiene la mayoría de los argentinos dista demasiado de lo que los medios plantean como tal. Si hay algo que obnubila a la oposición política es esa idéntica visión de lo que demanda la sociedad, y que no es precisamente lo que los medios le ofertan. El oficialismo si sigue siendo mayoría, es porque está mucho más cerca de la realidad.

2015/07/07

La distopía de la copia




Lo más increíble de todo es que en la personal computer (Pc) uno pueda tener guardada la más maravillosa copia de las más grandes bellezas universales. Ésa es la reproducción que según Walter Benjamín conduce a la muerte del aura. 

Narciso y el Amor

Narciso dejó clavada su mirada en el estanque. La fascinación que le producía la imagen que el espejo de agua le devolvía, lo anclaba en un espacio y un tiempo peculiares. Dos ojos en el abismo superficial del agua, que mirándolo, no le permitían nunca saber que los otros dos que recibían esa estampa, y se cruzaban en un doble y oblicuo segmento imaginario, eran los mismos. Lo Mismo, siendo a su vez “otro”. Los “mismos” suponiendo la existencia del Otro.

En un sueño quien relata, le explicaba a algunos interlocutores, el hecho de que lo que conocemos como Amor, es una manifestación exclusiva del narcisismo. El observador del estanque había quedado preso de su propia imagen especular, y cualquier otro, al cual pudiera llegar a amar iba a tener la marca exclusiva de la devolución que una superficie reflectora le diera de sí mismo, sin saber de ello.

Habiendo despertado o al menos permanecer en ese estado intermedio, entre el sueño y la vigilia, propio a horas lejanas al atardecer pero tal vez no tanto al amanecer, quien ahora escribe se preguntaba qué hubiera sucedido si en el rostro de Narciso, que devenía del estanque de agua, hubiera aparecido junto al semblante del espejo líquido, el de una bella mujer al lado de quien lo miraba, acercando sus cabellos a su cara. Narciso para no dejar de serlo, nunca hubiera podido dar vuelta su cabeza para mirar a su lado, ya que de esa forma hubiera roto el espejo, el espejismo e incluso el momento mágico en el que estaba imbuido. Narciso y la mujer que estaba a su lado, para amarse sólo podían seguir viéndose en el resplandor del agua del estanque. Nunca dándose vuelta…