2014/10/16

Sobre la 1ra tesis de Marx sobre Feuerbach

Partiremos leyendo tesis por tesis, de la primera a la undécima. Intentando extraer lo máximo de cada una. Esto no implica sostener que no deban ser leídas de conjunto. Partiremos haciéndolo en particular, sin explicitar que esto sea lo más correcto. En todo caso al llegar a la última seguramente se impondrá una nueva lectura. También partiremos de las traducciones al español más conocidas, no sin indagar en su acepción original, ya que en alemán existen muchos términos que en sí ya representan imágenes conceptuales. Intentar que cada tesis interpele a la realidad (como debiera ser), no será parte de una primera lectura. Cosa que no exime que quien escribe lo haga de forma casi espontánea, y en otras actividades. No será en todo caso como metodología explícita. 

“El defecto fundamental de todo el materialismo anterior –incluido el de Feuerbach - es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica [Praxis], no de un modo subjetivo. De aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales, realmente distintos de los objetos  conceptuales; pero tampoco él concibe la propia actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del cristianismo sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana, mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de la actuación ‘revolucionaria’, ‘práctico-crítica’”. Antecede la primera tesis.

Vayamos por partes. El principal defecto (der Hauptmangel) de todo el materialismo precedente es haber entendido a la realidad, como un sitio inerte.  En su célebre texto sobre la contradicción Mao expresaba  en referencia a ello que "La concepción metafísica del mundo, o concepción del mundo del evolucionismo vulgar, ve las cosas como aisladas, estáticas y unilaterales. Considera todas las cosas del universo, sus formas y sus especies, como eternamente aisladas unas de otras y eternamente inmutables. Si reconoce los cambios, los considera sólo como aumento o disminución cuantitativos o corno simple desplazamiento. Además, para ella, la causa de tal aumento, disminución o desplazamiento no está dentro de las cosas mismas, sino fuera de ellas, es decir, en el impulso de fuerzas externas. Los metafísicos sostienen que las diversas clases de cosas del mundo y sus características han permanecido iguales desde que comenzaron a existir, y que cualquier cambio posterior no ha sido más que un aumento o disminución cuantitativos. Consideran que las cosas de una determinada especie sólo pueden dar origen a cosas de la misma especie, y así indefinidamente, y jamás pueden transformarse en cosas de una especie distinta". En otras palabras todo lo que existe en la realidad no resulta producido ni tampoco es cambiante. Está ahí. Podría no verse así que un producto, o un valor de uso son el resultado del trabajo. Tampoco que una construcción social es el resultado histórico de enfrentamientos y acciones de diferentes grupos humanos. Incluir la actividad en las cosas, en los objetos, en la realidad, les hace perder el valor inerte, aislado y sólo factible de ser contemplado por un observador ideal. Para el materialismo simple y metafísico las cosas están ahí, pero pareciera que no tuvieran vida. El lado activo del mundo lo desarrolló el idealismo. Para el materialismo la actividad existente en el mundo existe independientemente de la conciencia que se tenga de ello. Vale subrayar una frase de Engels en el Anti- Dühring: “El movimiento es la forma de existencia de la materia. Jamás ni en parte alguna, ha existido ni puede existir materia sin movimiento, movimiento sin materia…” En tal sentido bien vale subrayar la primera frase de la primera tesis, sobre que el principal defecto (der Hauptmangel) de todo el materialismo precedente es haber concebido al mundo como objeto de contemplación. Marx no dice “mundo” sino cosas, objetos (der Gegenstand), realidad (die Wirklichkeit), y sensualidad o sensoriedad (Sinnlichkeit). Bien decía Engels -también en el texto señalado-, que “la unidad del mundo no existe en su ser sino en su materialidad” a la cual se concibe como movimiento.

Si para el materialismo metafísico y mecanicista, el mundo se sostiene como un objeto, al cual es posible contemplar como a un film, fue precisamente el idealismo quien desarrollara el lado subjetivo, es decir el lugar activo de la contemplación, pero haciendo que el que observe lo vea desde la óptica del su propio ombligo. De manera separada, escindida del objeto. La materialidad del mundo, su movimiento permanente, implican al sujeto pero como elemento subordinado, ya que el sujeto es producido por la materialidad, y no al revés. La encrucijada subjetiva tiene desde Marx un principio de solución o para ser más precisos de resolución, y es lo que él denomina en su primera tesis la acción práctica. La interrelación del sujeto con el mundo, su posibilidad de desarrollar la Umwälzung, la práctica transformadora. Según Marx Feuerbach no había comprendido la actividad humana, a la práctica como una actividad objetiva, sino solamente como una forma “suciamente judaica de manifestarse”. Feuerbach sólo entendía a la actividad teórica como propiamente humana, sin concebirla a ella como una de las partes de la práctica social, entre las cuales la de la producción es la principal.

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